Batalla de Sauce Grande
16 de julio de 1840
Croquis de la batalla (formato PDF)
Antecedentes: Guerras contra Rosas. Operaciones de Lavalle en Entre Ríos.
El 9 de marzo de 1840, el ejército unitario procedente de Corrientes acampa en el arroyo Yeruá (Sur de Concordia).
El 16 de marzo, Lavalle viendo que la concurrencia con su aliado oriental, Rivera, resulta problemática, resuelve iniciar las operaciones contra Echagüe
y emprende la marcha en dirección a Diamante, donde supone que ya se encuentran los buques franceses. Espera que en el camino ha de producirse el choque
con el ejército federal. El mismo se produce en Don Cristobal (ver 10 de abril de 1840), siendo el resultado indeciso. Después de la batalla, el ejército
unitario se aproximó al Paraná con el propósito de acercarse a los buques franceses que proveerían munición y algún armamento, y facilitar la incorporación
de refuerzos que enviaría el gobernador Ferré y de 200 infantes prometidos desde Montevideo. Además porque la idea directriz de Lavalle era trasladarse por
agua a Buenos Aires para operar contra el principal centro de poder de Rosas.
El ejército federal siguió a su adversario y fue a situarse a corta distancia del mismo en las puntas del arroyo Sauce Grande, donde permaneció también
esperando refuerzos.
Fuerzas en presencia.
Ejército Unitario: unos 3.400 hombres, de los cuales 450 infantes organizados en un batallón y 6 cañones.
Ejército Federal: alrededor de 4.500 hombres y 8 piezas de artillería.
La acción
Día 15. El ejército de Lavalle se aproximó al adversario, rechazó fracciones adelantadas por éste y con sus cañones de mayor alcance hizo fuego hasta
consumir la munición disponible; fuego que resulto eficaz debido a la distancia. Durantes la noche tomó el dispositivo con que atacaría al día siguiente.
Día 16. A mediodía, habiéndose disipado la niebla que cubría el campo, se inicia la acción. Lavalle ha resuelto combinar un ataque frontal contra
el centro del dispositivo un envolvimiento contre el flanco derecho y la retaguardia del enemigo. El ataque contra el flanco a cargo de unos 2.000 jinetes
unitarios obtiene un éxito inicial rechazando a los escuadrones de Urquiza, pero la caballería federal del ala izquierda que no tienen enemigo a su frente
se traslada rápidamente al ala derecha y rechaza a la caballería adversaria. Esta última, desorganizada como consecuencia del combate y del dificultoso
franqueo del arroyo, se pone en retirada hacia el Norte.
El batallón unitario que había iniciado el ataque frontal, débilmente apoyado por la artillería, parte de la cual carecía de munición por haberla agotado
el día anterior, fue en seguida detenido por la muy superior infantería federal.
La acción finalizó con el rechazo total de los unitarios.
No hubo persecución. Ello se debió en un primer momento al hecho de haberse dispersado la caballería vencedora.
Pérdidas. Los unitarios tuvieron 500 bajas y los federales 150.(volver)