Salta
20 de febrero de 1813
Croquis de la batalla (formato PDF)Antecedentes: Guerra en el norte de las Provincias Unidas (actual territorio argentino).
Después de la victoria de Tucumán (24 de septiembre de 1812), el general Belgrano prosiguió
la tarea de organización e instrucción del ejército, por considerarlo indispensable antes de proseguir las operaciones.
El 12 de enero, el ejército patriota inicia la marcha hacia Salta.
El 13 de febrero, tiene lugar a orillas del río Pasaje el juramento de obediencia a la Asamblea General Constituyente,
ante la bandera creada por Belgrano.
El general realista Pío Tristán, que permanecía en salta y había recibido algún refuerzo, desconocía el avance de los patriotas,
suponiéndolos inactivos por haber llegado la estación de las lluvias que desbordaban los cursos de agua. Sólo cuando una fracción
establecida en Cobos, 20 leguas al Sur de Salta, fue sorprendida por los patriota, el jefe realista se enteró de la marcha de éstos.
Fuerzas en presencia
Patriotas: 3.700 hombres y 12 piezas de artillería
Realistas: 3.400 hombres y 10 piezas de artillería
Movimientos Previos
Al tener conocimiento del avance patriota, Pío Tristán resolvió librar batalla, a cuyo efecto estableció sus fuerzas en proximidad
de los Portezuelos al Sudeste de la ciudad, cerrando el desfiladero por donde pasaba el camino que traía su adversario.
La acción
Belgrano adelantó su vanguardia hacia los Portezuelos, con la intención de hacer creer al enemigo que avanzaría por allí. Mientras
tanto con el grueso realizó un rodeo por la quebrada de Chachapolas, cuya practicabilidad desconocían los realistas, y fue a desembocar
en la hacienda de Castañares, una legua al Norte de Salta, en la mañana del 19 de febrero, después de una marcha nocturna efectuada
bajo una intensa lluvia. Allí se le incorporó la vanguardia.
Los realistas que habían descubierto la maniobra fueron a
situarse al Norte de la ciudad, de espaldas a la misma, teniendo inmediatamente detrás suyo el Tagarete de Tineo (zanjón). Allí
esperaron el ataque.
Luego de dar algún descanso a las tropas Belgrano continuo su avance hacia Salta, deteniéndose a mitad de camino listo para entrar
en combate. Durante la noche prosiguió la lluvia, que fue muy copiosa.
A mediodía del 20, después de secar las ropas al sol y prepapar sus armas, los patriotas reinciciaron el avance y pasaron al ataque.
La caballería patriota del ala Oeste cargó a la caballería realista a su frente y luego de dispersarla la persiguió hasta el
interior de la ciudad. La infantería patriota de dicha ala atacó el ala izquierda realsita, la que se replegó en desorden también
hacia la ciudad.
Los batallones que formaban la segunda línea del dispositivo de Pío Tristán ocuparon el lugar dejado por los que se habían replegado,
pero muy pronto se desorganizaron, retirándose precipitadamente.
Poco después el centro realista corrió la misma suerte, arrastrando en su fuga a la reserva.
En la falda del cerro San Bernando una agruación realista resistía tenazmente. Allí concurrió
Belgrano con la reserva, obigando a esas tropas a rendirse.
Mientras tanto, el centro y el ala Oeste patriota habían penetrado en la ciudad en persecución de los derrtoados.
Pérdidas
Patriotas: 103 muertos y 433 heridos
Realistas: 480 muertos. Todo el resto del ejército, "sin salvarse uno solo", fue hecho prisionero (114 hombres estaban heridos).
La capitulación
Belgrano, inspirado en sus ideales y sentimientos de paz y concordia, y creyendo interpretar el espíritu de la Revolución, concedió
la libertad a los vencidos obligándolos por juramento, desde el general hasta el último soldado, a no tomar las armas contra la
Provincias Unidas, hasta el límite del Desaguadero. Consideró que el sentimiento de gratitud en la acción era tan noble que
despertaría en el corazón de los derrotados, bastaría para atarlos a la causa de Mayo y convertiría a muchos en propagandistas
de la misma. (volver)