Rodeo del Medio
24 de septiembre de 1841

Antecedentes: Guerras contra Rosas. Operaciones en Mendoza

     Luego de la derrota del general unitario Acha en Angaco (ver 16 de agosto de 1841), Lamadrid alcanzó la ciudad de San Juan; Benavídez se retira a Mendoza, adonde llegó Lamadrid el 3 de septiembre. Benavídez se dirigió al Desaguadero, reuniéndose allí con Aldao y Pacheco. Este último asumió el mando de todas las fuerzas y las tropas de Aldao y Benavídez fueron adelantadas hacia la ciudad de Mendoza.
Lamadrid que había marchado hacia el enemigo esperó a éste en Rodeo del medio, formando su ejército en batalla unos 1.200 metros atrás de una ciénaga que sólo podía ser atravesada por un puente allí existente.  

Fuerzas en presencia  

Unitarios: 1.600 hombres, de los cuales 400 infantes y 9 cañones. 

Federales: Unos 3.000 hombres, de ellos 1.800 infantes y 10 piezas de artillería. 

La acción

     El ejército federal franqueó la ciénaga por el puente, no batido por el fuego enemigo y tomó su dispositivo de combate.  La caballería unitaria del ala izquierda (división Alvarez) cargó contra los escuadrones a su frente (Granada) los cuales retrocedieron en desorden hacia el puente. En ese momento intervino la caballería federal que se había trasladado desde el ala opuesta y la situación quedó allí equilibrada.
Mientras tanto, el ala derecha unitaria (Baltar y Peñaloza) se había dispersado ante el avance flanqueante de dos compañías de cazadores y una batería de ala izquierda federal.
     Al ver avanzar a la infantería que formaba el centro del dispositivo federal, la reducida infantería unitaria salió a su encuentro, sufriendo graves pérdidas al ser atacada frontalmente por aquélla y en su flanco derecho por la caballería de Flores. Las temerarias cargas llevadas entonces por Lamadrid con la reserva fracasaron.  La acción quedó así definida a favor de los federales.
 

Pérdidas  

Federales: 18 muertos y 80 heridos, según el parte oficial de Pacheco (aunque se presume que fue mayor) 

Unitarios: 400 hombres fuera de combate y 300 prisioneros. El número de estos últimos aumentó durante la persecución. Toda la artillería, el parque y los bagajes quedaron en el lugar de la lucha. Lamadrid pasó a Chile acompañado por Peñaloza y unos cien hombres. La travesía de la cordillera fue muy difícil, pues los pasos se encontraban aún cerrados por la nieve.

Nota: se adjunta croquis

 

Croquis de la batalla