Batalla de Cepeda 23 de octubre de 1859
Antecedentes:
Guerra entre la Confederación Argentina y Buenos Aires
Luego de fracasar en su intento de tomar el poder en la provincia de San
Juan, el General Nazario Benavídez fue encarcelado y fusilado, a pesar
de ser amigo del presidente de la Confederación, el General Urquiza. En
todo el interior se acusó al gobierno porteño de haber instigado el
crimen y se elevaron peticiones al Congreso para que resolviera
enérgicamente al conflicto con Buenos Aires.
El 29 de mayo el mismo Congreso sancionó una ley que autorizaba a
Urquiza para obtener la incorporación de Buenos Aires a la Confederación
por medios pacíficos o mediante la guerra. Días antes, el 5 de mayo la
Legislatura de la provincia había autorizado al gobernador Alsina a
"repeler la guerra que de hecho ha declarado la Confederación".
Cepeda
Fuerzas enfrentadas
Ejército de la Confederación. Al mando de Urquiza. Infantería: entre
2.500 a 3.000 hombres. Caballería: 10.000 jinetes. Total 14.000 hombres
y 35 piezas de artillería.
Ejército de Buenos Aires. Al mando de Bartolomé Mitre. Infantería:
4.700 hombres. Caballería: 4.000 jinetes. Total: 9.000 hombres con 24
piezas de artillería.
Movimientos previos.
Días antes del 23 de octubre, Urquiza acampó al Norte del arroyo Pavón.
Mitre se encontraba en la horqueta de la cañada o arroyo de Cepeda,
próxima al arroyo del Medio. Luego de algunos encuentros de caballería
entre las vanguardias adversarias, ambos ejércitos se prepararon para la
batalla.
La batalla.
La caballería confederada llega a la vista de las fuerzas de Buenos
Aires y se detiene en espera de la aproximación del resto del ejército.
Varias horas emplea el ejército de Urquiza en alistarse para la lucha,
lo que hace a 1.200 metros de la línea enemiga, y poco antes de las 18
horas inicia el ataque. La infantería confederada procura eludir el eficaz fuego de artillería
que recibe de la batería central (16 piezas) y para ello se abre a
derecha e izquierda, buscando al mismo tiempo llevar el ataque contra
ambas alas del dispositivo enemigo. Mientras tanto la caballería de la Confederación busca los flancos y la
retaguardia del adversario. La agrupación del ala derecha es mandada
personalmente por Urquiza.
La caballería porteña no tarda en desbandarse y el resto del dispositivo
queda con los flancos desguarnecidos. Mitre intentó atacar de flanco a la infantería enemigo que se desplazaba
para eludir el fuego de la batería central. Con este propósito ordenó
que toda su línea efectuara una conversión a la derecha. Este movimiento
sólo pudo ser ejecutado por el ala derecha y la batería central; el ala
izquierda n pudo realizarlo por impedírselo el enemigo. De este modo el
dispositivo de su ejército quedó dislocado. En muy poco tiempo fueron aniquilados tres de los cuatro batallones que
constituían el ala izquierda porteña. Con ello el ejército quedaba
cercado y nada podía ya salvarlo de la derrota. Mientras tanto ha caído la noche y a eso de las 23 hs. Mitre se
escurre hacia San Nicolás, distante 80 km, ciudad que alcanzaba luego de
36 horas de marcha continua, con sólo 2.000 hombres y 6 cañones. El día
29 las fuerzas están de regreso en Buenos Aires. Según parte de Virasoro
a Urquiza, habían quedado en poder de los confederados 2.000
prisioneros, 20 cañones, gran cantidad de armas livianas y de
municiones, caballadas y carretones.
Luego de la batalla el ejército de la Confederación con 20.000 hombres
avanzo sobre Buenos Aires, y se detuvo en San José de Flores,
reanudándose las negociaciones, que culminaron con la firma del Pacto de
Unión o de San José de Flores. |