Sublevación del batallón Nº 1 de Cazadores de los Andes
Antecedentes: Sublevación del ejército del norte en Arequito. El país estaba dividido en dos bandos. De un lado las provincias del litoral militarmente coaligadas, obraban de acuerdo con Artigas y amenazaban al congreso exigiendo las caída del directorio. El gobierno nacional, por su parte, se disponía a defender la frontera amenazada con un ejército reclutado en la provincia de Buenos Aires y ordenaban que se uniera al mismo la división del Ejército de los Andes en Mendoza y el Ejército Auxiliar del Perú que se encontraba en Córdoba (ver 8 de enero). El hecho El batallón Nº 1 de Cazadores de los Andes, se encontraba en San Juan, al mando del teniente coronel Severo García de Sequeira, contaba con una plaza de 1.000 hombres. En la madrugada del día 9 el batallón se amotinó silenciosamente, siendo apresados los jefes y oficiales. La sublevación estuvo bajo las órdenes del capitán Mariano Mendizábal, quien se hace nombrar gobernador. El cabildo sanjuanino proclama a San Juan estado federal independiente de la gobernación-intendencia de Cuyo, reconociendo empero la unidad nacional preexistente. El coronel Alvarado marchó desde Mendoza con algunas tropas con la intención de sofocar el movimiento, pero hubo de regresar a pedido del Cabildo de San Juan para evitar la muerte segura de los jefes y oficiales prisioneros, entre ellos el mismo teniente coronel Sequeira y los capitanes Bonavente y Bosso. Enviados éstos a Tucumán, pudieron escaparse, pero alcanzados por una partida fueron ultimados. Poco tiempo después el teniente Corro depuso a Mendizábal y lo remitió prisionero a disposición de Güemes; entregado por ésta a San Martín, Mendizábal fue fusilado en la plaza principal de Lima el 30 de enero de 1822. Consecuencias
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