Caseros
3 de febrero de 1852

Antecedentes:  Pronunciamiento de Urquiza.

      El 1 de mayo de 1851, Urquiza manifestó que Entre Rías reasumía su soberanía, hasta que fuera sancionada la Constitución Nacional. El 25 de mayo en la plaza de Concepción del Uruguay, capital de la provincia, se hizo la proclama y por la organización nacional. Ese mismo día se reemplazó el lema "Mueran los salvajes unitarios" por "Mueran los enemigos de la Organización Nacional.

     Urquiza invade el Uruguay, llegando el 4 de septiembre de 1851 frente al Ejército Confederado de Oribe, el cual capitula sin luchar en el arroyo Pantanoso.  Urquiza firma el 21 de noviembre el Segundo tratado de alianza con el Imperio del Brasil, concentrándose el ejército aliado en Diamante. El mismo franquea el Paraná a fines de diciembre.

     El 15 de enero el ejército Grande inicia la marcha desde el Espinillo, franqueando el día 18 el arroyo del Medio.  La vanguardia de Urquiza (3.000 jinetes) a órdenes de Juan Pablo López vence a una agrupación de caballería federal de 3.500 hombres al mando del coronel Hilario Lagos en los campos de Álvarez..

La acción

      Rosas formó su ejército en batalla perpendicularmente al arroyo Morón, con el ala derecha en las alturas de la casa y el palomar de caseros, donde formó un martillo defensivo, y esperó allí el ataque enemigo.

Ejército Grande: 28.170 hombres, de los cuales 16.679 jinetes, y 45 piezas de artillería.

Ejército Federal: 23.000 hombres, de los cuales 10.000 eran infantes y 12.000 de caballería, con 56 piezas de artillería.

       En la mañana del día 3 el Ejército Grande pasó el arroyo Morón y luego de tomar su dispositivo de combate atacó con el centro de gravedad formado en su ala derecha por 10.000 jinetes a órdenes directas de Urquiza.

       Ante la difícil situación creada por ello al ala izquierda de Rosas, acudió en su ayuda la reserva, lo cual no pudo impedir la derrota y toda la caballería de dicha ala se puso en desordenada retirada tenazmente perseguida por los jinetes de Urquiza.

       A continuación, la batalla se definió muy pronto a favor del Ejército Grande, no obstante la tenaz resistencia opuesta por la extrema ala derecha de Rosas.  En el resto del frente la defensa federal fue muy débil y la infantería se desbandó a pesar del esfuerzo de la brigada de Díaz y de la artillería al mando de Chilavert.

       Ante la completa derrota de su ejército, Rosas se dirigió a Buenos Aires. Antes de entrar en la ciudad escribió su renuncia que envió a la Legislatura. Dirigiéndose luego a la Legación Británica, cuyo titular, Robert Gore, lo acompaño a la fragata de guerra “Centaur”, desde la cual se traslado al “Conflict” que lo llevo a Inglaterra.

        La persecución se realizó hasta Palermo. Quedaron en poder del vencedor 7.000 prisioneros, toda la artillería y el armamento menor, el parque y el convoy. Los muertos y heridos fueron calculados en 1.500. Chilavert fue fusilado sin juicio previo. Los integrantes de la ex división Aquino que cayeron prisioneros fueron degollados y sus cadáveres colgados en los árboles del camino a Palermo.  Las bajas del Ejército Grande alcanzaron a unos 600 hombres.

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Croquis de la batalla