Relativos a datos, formación de Cuerpos, infraestructuras.

Las fortificaciones de Montevideo y de la Ensenada de Barragán, 1806-1807.   

Las fortificaciones de Montevideo

 

Montevideo estaba bastante bien defendida para su época y así lo probaron los prolongados sitios que sufrió – el sitio de 1811 a 1814 y el de 1843 a 1851 -, a principios y mediados del siglo pasado. Pero en el verano de 1807, no pudo resistir ante el ejército británico de Auchmuty, dada la evidente desproporción entre los medios de ataque de los británicos – fuerzas de mar y tierra - y los recursos de la defensa.

Cuando las fuerzas españolas entregaron Montevideo al gral. porteño Carlos M. de Alvear el 20 de junio de 1814, dicha plaza contaba con respetables elementos defensivos. A diferencia de Buenos Aires, la capital del Virreinato, tenía en primer lugar un frente de murallas mirando al Este o sea, hacia la campiña e incomunicando esta última con la ciudad; en este frente y contando de norte a sur, se destacaban por su importancia, los siguiente reductos:

 

1)      El “Cubo del Norte”, situado próximamente en la esquina N.E. de las calles 25 de agosto y Bartolomé Mitre.

 

2)      La Batería “de San Pascual”, que formaba un bastión saliente en la muralla, donde hoy se cruzan las calles Cerrito y Bartolomé Mitre.

 

3)      La “Ciudadela”, poderosa construcción militar que ocupaba la mitad de la actual Plaza Independencia.

 

4)      El “Parque de Artillería”, otro bastión saliente que hacía pendant con la batería de San Pascual y cuya puesta de acceso pude fijarse en la intersección de las calles Brecha, Ituzaingo y Reconquista.

 

5)      El “Cubo del Sur”, que coincidía con el extremo meridional de la calle Treinta y Tres y estaba asentado sobre las rocas de la playa.

 

Había además, otras tres baterías de menor importancia que las citadas – San Luis, San Felipe y San Sebastián – y dos portones: el de “San Pedro”, ubicado frente a la calle del mismo nombre (actual 25 de mayo) y el “Nuevo” practicado a no mucha distancia del cruce de las calles Camacuá y Brecha.

            Desde el Cubo del Sur hasta el Fuerte “de San José”, que ocupaba la manzana limitada por las calles Cerrito, Piedras, Guaraní y Juan L. Cuestas, “había un parapeto rasante de piedra y tierra, de una vara[1] de grueso y cinco pies de altura en el que se hallaban emplazadas baterías provisionales a proporcionales distancias, de la misma calidad que el parapeto.”[2]

            Entre el Fuerte de San José y el Cubo Norte o sea, en la ribera de la bahía, estaban dispuestas otras tres baterías y las formidables casamatas conocidas por “Las Bóvedas”.

            La única obra importante que se realizó fue la del Baluarte del Norte, en reemplazo del antiguo Cubo del mismo nombre, cuya construcción exigió bastante tiempo, pues a fines de 1806 no había sido aún terminada la explanada de piedra, quedando sin emplazar los cinco cañones que debían artillarlo.

 

La ciudadela

 

            Se componía esta magnífica obra de arte militar de un núcleo cuadrado con un baluarte en cada ángulo y sus muros perimetrales, construidos con sillares de granito gris muy bien labrados, tenían más de seis metros de espesor por diez de altura. Además, sobre la fachada que miraba al campo y enteramente separado de ella, se le había agregado un bastión triangular o “revellín” cuya misión era obstaculizar el acceso a la poterna exterior.

            Mirando hacia la ciudad, y casi en el eje de la hoy calle Sarandí, había una gran portalada de acceso con “rastrillo” y puente levadizo: este último estaba impuesto por el amplio y profundo foso que rodeaba a la fortaleza.

            Sus dimensiones eran respetables[3]:

“El frente tenía como 50 varas, abrazando el espacio que hoy ocupa la anchura de la Plaza Independencia, desde donde hace esquina  a la calle Buenos Aires hasta los altos de Sívori, hacia el norte de la referida plaza. El fondo no bajaba de 50 varas, viniendo a quedar en la dirección, poco más o menos del lugar que ocupa ahora el segundo  arco del extremo Este del edificio conocido por Arcos de Gil o de la Pasivas.”

            Pero de acuerdo a los planos conocidos la longitud no habría sido menos de 145 metros, contando de extremo a extremo de los baluartes; en cuanto al núcleo cuadrado que, sería de 90 m x 90 m y la plaza de armas interior, - casi cuadrada – tenía alrededor de 79 m de longitud (de norte a sur) por 72 de anchura  (de este a oeste). Estas dimensiones no son rigurosamente exactas.


 


[1] Una vara equivalía a 0.859 m.

[2] Acta de la Junta de Guerra realizada en 1794. – Archivo General de Indias (Sevilla, Signatura Moderna “Estado, legajo 81”)

[3] De María, Isidoro. Montevideo Antiguo

 

Profesor C. Fabián Bonvecchiato