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"Las Banderas Británicas tomadas en Buenos Aires el 5 de Julio de 1807". Por Guillermo Palombo.  

 

LINIERS REMITE A CÓRDOBA LAS DOS BANDERAS TOMADAS EL 5 DE JULIO DE 1807.

Poca atención han dedicado nuestros historiadores, salvo el coronel Juan Beverina, a las banderas británicas tomadas en las invasiones inglesas que se conservan en Córdoba (1). La documentación publicada al respecto, revela que por encargo de Santiago de Liniers, su apoderado Francisco Antonio de Letamendi, el 19 de septiembre de 1807, remitiéndole un oficio del Reconquistador, escribió al Prior del Convento de Santo Domingo de la ciudad de Córdoba, con la finalidad de “entregarle dos banderas de las que [Liniers] tomó al enemigo británico en la memorable acción del 5 del mismo mes [julio]”, recordando que en la Iglesia de Predicadores de la Capital (hoy Basílica de Santo Domingo) se alcanzó un triunfo con muchos muertos británicos, y seiscientos o setecientos prisioneros, “entre ellos el General Robert Craufurd, con muchos oficiales: allí se le despojó de dichas banderas” (2).

El prior Francisco Sosa informó al mayordomo Francisco Vázquez Mageda, el 21 de septiembre, haber recibido el oficio original de Liniers, del 27 de julio que ordenaba a Letamendi entregar las “dos banderas inglesas” que “se consiguieron en la batalla que se dio en Buehos Aires el 5 de julio” (3). Y el 27 de aquel mes el Hermano Secretario de la Cofradía del Rosario dejó constancia de haber recibido esa comunicación (4). Ambas banderas remitidas a Córdoba, según constancia del prior Fray Reginaldo Toro, fechada en Córdoba el 2 de septiembre de 1882, fueron, a saber: una naval, roja, con el Jack azul en la esquina, cuyas dimensiones eran 4,40 m. de largo por 2,48 m. de ancho; y la otra, “probablemente bandera de regimiento”, roja, con la cruz de San Andrés de seda negra en el centro y dos cráneos de seda negra, de 2,10 m. de largo por 1,90 m. de ancho (5).

LA BANDERA DE LOS RIFLES EN EL ESCUDO DE ARMAS DE LOS DESCENDIENTES DE LINIERS. En 1815, Luis Liniers, hijo y heredero de Santiago de Liniers, pidió al Rey de España amparo en la posesión del título de Conde de Buenos Aires, pensión, y que se cambiara la denominación de su título en la de Conde de la Lealtad. Fernando VII resolvió de conformidad a lo solicitado, con un significativo agregado: “añada el heredero a sus armas las cuatro banderas que tomó su padre” a los enemigos británicos. Lo que fue ratificado por Real orden del 21 de marzo de 1816 (6). Y en 1828 se decretaron como trofeos, que servirían de soportes al escudo de armas de los descendientes de Liniers, las cuatro banderas tomadas a los ingleses en 1806 y 1807 “que son dos del regimiento núm. 71, la del Tercio de Marina, que un Jach en fondo rojo, y la de los Riffles, colorada, con una calavera negra” (7). Esta descripción de la bandera de los “Rifles” coincide ajustadamente con la descripta por Fray Reginaldo Toro en 1882, y con una de las cuatro que ostenta el escudo heráldico del mencionado hijo de Liniers (8).

LA BANDERA REGIMENTAL EXISTENTE EN CÓRDOBA NO PERTENECIÓ A LA INFANTERÍA DE SANTA ELENA. El historiador Angel Justiniano Carranza, en un informe dirigido al intendente Torcuato de Alvear, del año 1882, sobre los trofeos de las invasiones inglesas, consignó que además de una bandera de mar, fue remitida a Córdoba “otra perteneciente al Regimiento Green de Santa Elena del comandante Lane” (9). Un estado de fuerzas del 26 de junio de 1806, correspondiente al Regimiento de Santa Elena, revela que al Río de la Plata sólo arribó un destacamento de 183 hombres: 1 teniente coronel, 2 capitanes, 4 tenientes, de miembros de plana mayor, 14 sargentos, 15 cabos, 6 tambores y 139 soldados (10), que al rendirse en Buenos Aires el 12 de agosto de 1806 carecía de bandera, pues no entregó ninguna. El reglamento táctico de la infantería inglesa de la época indicaba que sólo el batallón llevaba dos banderas. Mal podía portarla un simple destacamento, cuyos integrantes quedaron prisioneros de guerra y no tuvieron participación alguna, que se sepa, en la segunda invasión, de 1807.

LA BANDERA DE LOS RIFLES Y EL REGIMIENTO DE INFANTERÍA Nº 95. Descartado que la bandera en cuestión pudiera haber pertenecido al Regimiento de Infantería de Santa Elena, pero teniendo presente su adjudicación a los “Rifles” y la indicación del suceso de armas ocurrido en la Iglesia de los Predicadores, caímos en cuenta que entre las fuerzas que se rindieron en dicho Templo el 5 de julio de 1807, al mando del general Robert Craufurd, mayoritariamente integradas por el Batallón Ligero, se encontraba un Cuerpo de Rifleros, formado por cuatro compañías del Regimiento de Infantería Nº 95 (conocido por su cognomen The Rifle Regiment) al mando del mayor M´cleod (11).Las otras cuatro compañías se habían rendido horas antes.

El Regimiento Nº 95, unidad de elite, cuyo jefe era el teniente coronel Henry Cadogan (12), se distinguía del resto de la infantería británica, vestida con chaqueta encarnada (red jacket), por usar chaqueta y pantalones verdes, vueltos negros, correaje y cinturones de cuero negro, y por estar armado con rifles, de calibre distinto al del fusil con el que estaba dotada toda la infantería.

Los regimientos británicos (en rigor de verdad eran uno de sus tres batallones) que participaron en el ataque a la ciudad de Buenos Aires el 5 de julio de 1807 ingresaron al casco urbano con sus respectivas banderas: izaron las suyas el Regimiento Nº 38 en la casa de Sotoca, hoy Corrientes y 25 de Mayo, por orden del brigadier general Lumley (13) y el Regimiento Nº 45 en la Residencia, hoy Avenida San Juan y Balcarce (14). Sólo por excepción, que confirma la regla, no la llevó el Regimiento Nº 88, cuyo jefe, Alexander Duff, declaró: “La poca confianza que yo tenía en el ataque me indujo a dejar mi bandera en el cuartel general, creyendo que yo podría hacerlo de acuerdo con el espíritu de la orden que recibiera” (15).

El Batallón Ligero no llevaba bandera propia, al estar integrado por las compañías de cazadores que se habían sacado de los demás regimientos. En cambio, el Nº 95 debió portar la suya propia dado que marchaba al completo. Conforme al reglamento táctico de infantería vigente en la época, las banderas de los primeros batallones británicos llevaban las iniciales del soberano, y por eso se llamaban king´s colors, y la de los segundos regimental colors; como en la misma época, en España, en los primeros batallones iba la bandera llamada coronela, distinta de la de los otros, llamadas sencillas.

 

Sin embargo de no saber si la bandera del Regimiento Nº 95 se ajustaba al modelo general, o tenía una especial, su inclusión como de los “Rifles” – cognomen de la unidad- en el escudo de Liniers, y la ajustada coincidencia de los antecedentes que dejamos expuestos, correlacionados, permiten presumir, juris tamtum, que la bandera regimental conservada en Córdoba, en la iglesia de Santo Domingo, no habría pertenecido al Regimiento de Infantería de Santa Elena, sino al Nº 95 (Rifles), la unidad militar especial de la infantería británica de aquel tiempo.

 

Notas

(1) Juan Beverína, Banderas de las invasiones inglesas existentes en la ciudad de Córdoba, en La Prensa, año LXXIV, Nº 26.539, Bs. Aires, 8 de noviembre de 1942, 2ª. Secc., p. 2, c. 1-2. (2) La Reconquista y Defensa de Buenos Aires, Buenos Aires, Peuser, 1947, 249. (3) La Reconquista y Defensa …, 250. (4) La Reconquista y Defensa …, 251. (5) La Reconquista y Defensa …, 251. (6) Emilio Ravignani, Santiago de Liniers no fue conde de Buenos Aires, 413. (7) José Gómez de Arteche, Trofeos de la Reconquista de la ciudad de Buenos Aires en 1806, en Boletín de la Real Academia de la Historia, V, Madrid, 1884, 339-340. (8) El escudo está reproducido en La Reconquista y Defensa…, [605]. (9) La Reconquista y Defensa …, 254. (10) Juan Beverina, Las invasiones inglesas al Río de la Plata (1806-1807), Buenos Aires, 1939, I, 241. (11) The proceedings of a general court martial, held at Chelsea Hospital, on thursday, january 28, 1808, and continued, by adjournment, till tuesday, march 15, for the trial of Lieut. Gen. Whitelocke, late Commander-in-chief of the forces in South America. Taken in short-hand by Mr. Gurney. With the Defense copied from the original, by permission of general Whithelocke; also all the documents produced in the trial, London, J. C. Mottley, 1808, II, 514. (12) Guillermo Palombo, Invasiones Inglesas (1806-1807), Buenos Aires, Dunken, 2007, 154. (13) The proceedings …, II, 491. (14) The proceedings …, II, 636. (15) The proceedings …, II, 501.